Palomino, el mensajero

Se destaca como actor de teatro, cine y televisión, y lleva una intensa actividad con el grupo Los Negros de Miércoles, donde reivindica su raíz peruana

Puede convertirse en el Martín Fierro de Gerardo Vallejo para el cine, en el Juan Moreira de Eva Halac para el teatro, en el gitano vengador que inventó la factoría Suar, o en el galán exótico para unitarios televisivos como el de Amas de casa desesperadas o las novelas de Andrea del Boca. "Pero eso no es más que un personaje, una imagen, una fantasía para la gente, el Juan Palomino real es otro", dice el actor, vestido con una casaca roja del seleccionado de fútbol peruano y un gorro de lana al estilo Manu Chao. Con 45 años, Juan Palomino camina con orgullo por las calles con esa doble ciudadanía que heredó de su padre peruano y su madre argentina. "Hace poco me dieron mi documento peruano y estoy feliz. Siempre me preguntaban si era peruano; pero nací en La Plata. Lo que pasa que mis viejos se conocieron acá y después nos fuimos a vivir a Cuzco. Mis dos hermanos nacieron allá y yo estuve en Perú hasta los 15 años. La infancia y la adolescencia son los momentos claves en la vida de cualquier persona y esa identidad me quedó marcada", repasa Palomino, en tono de historia oficial. Lejos del ambiente de la farándula y de sus papeles en tiras y novelas como Carola Cassini , Soy gitano o Sálvame María , Palomino parece sentirse cómodo y libre para desarrollar otros intereses además de la actuación. Como otros colegas a los que se siente cercano -artística e ideológicamente- como Rodrigo de la Serna, revela que su militancia junto a Los Negros de Miércoles tiene que ver con esa reivindicación de la cultura peruana en Buenos Aires. "Siempre hubo una mirada extraña con respecto a los inmigrantes peruanos que se vinieron a vivir aquí, aunque ahora están más asimilados. Los Negros de Miércoles lograron focalizar esa inmigración sobre la riqueza cultural que trajeron y terminó fusionándose con el sonido local", explica Palomino, sobre uno de los grupos revelación del circuito local que en mayo volverá al Centro Cultural Torquato Tasso. La banda de ritmos afroperuanos que venía trabajando intensamente hace varios años y a la que Palomino se sumó en 2006 está preparando su primer CD. "Cuando los vi por primera vez quedé maravillado, y quise sumarme recitando poesías de Nicómedes Santa Cruz y tocando el cajón. Me gustaba ese sonido negro que mostraba la historia menos conocida de Perú y la riqueza de la cultura de la costa limeña que dejaron los negros esclavos. Acá con esa música hay una apertura increíble. El otro día fuimos a la Rock & Pop a tocar en vivo en el programa de Gillespi y fue genial. Es algo que no podría pasar todavía en Lima", cuenta Palomino. El origen del nombre nació de los ciclos de miércoles que se armaban en Barranco, un barrio de Lima, donde sólo se tocaban ritmos afroperuanos olvidados, como la zamacueca. "Muchos de los músicos que ahora están en Los Negros tocaban y se conocieron ahí. Cuando Hubert Reyes, uno de los fundadores del grupo, se vino a Buenos Aires a vivir quisieron repetir esa experiencia acá y comenzaron a tocar los miércoles en locales de comida peruana como Status. Allí surgió el nombre", cuenta con entusiasmo de biógrafo. Impulsado por la energía de este colectivo musical de once músicos -afroperuanos y argentinos- dirigido por el percusionista Hubert Reyes, Palomino comenzó a rodar un documental sobre la banda. "Para mí es una forma de hablar de un país y también de un continente más integrado. La idea es contar principalmente la historia de estos «bravos» que se quedaron a pesar de que se terminó el tiempo de bonanza económica y las ventajas para ellos del 1 a 1. Es un homenaje a las historias de estos músicos, que representan las historias de otros inmigrantes, como mi padre, que vinieron a hacer su vida acá". Su padre, José Palomino Cortéz (actor de El Descanso y Tiempo de valientes ), fue una especie de guía en el redescubrimiento de esa identidad amerindia. Juntos conducen el programa de radio Nuestro continente , que va los sábados de 16 a 18, en FM La Folklórica, donde hablan de la poesía y la música de América latina. "En los años 80 yo andaba con el rock y estaba medio peleado con sus causas. Pero el viejo me ayudó a descubrir mi continente y su riqueza cultural. Hace 15 años que toda esa cultura me sirvió para descubrir un espacio de militancia para hablar de lo que me representa." -Sos una especie de todo terreno. Podés estar en un evento de famosos o en un corte de ruta. -En realidad cada vez me siento más lejos del circuito de famosos y faranduleros. Tengo 45 años y me interesan otras cosas, como actores de mi generación con los que compartimos una especie de doble vida porque participamos en actos solidarios, no de beneficencia, que a veces pueden ser vistos como políticamente incorrectos. Trato de no estar mirándome el ombligo y aprovechar esta profesión para ser vocero de causas que no tienen voz. En ese sentido mi viejo fue como mi guía. Me ayudó a darme cuenta quién era, de dónde venía y cuál era mi identidad. Por Gabriel Plaza De la Redacción de LA NACION Proyectos en danza
Juan Palomino reparte su tiempo en distintos frentes. En cine terminó de filmar una versión libre sobre textos de Kafka, dirigido por Claudio Posse. También está preparándose para filmar en San Luis La revolución es un sueño eterno , de Andrés Rivera y La tentación , sobre un libro de Pacho O Donnell. En TV participará de un nuevo proyecto de novela con la producción de Quique Estevanez. También sigue participando del ciclo Café Cultura por las provincias, donde recita poemas. En mayo subirá al escenario del Torquato Tasso (Defensa 1575) para presentarse con Los Negros de Miércoles, los días 23 y 30.
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