En Gualeguaychú, Sampayo vive

Emotivo homenaje a Anibal Sampayo en Gualeguaychú

Marita Londra, Juan Falú,
Miguel Martínez, Carlos Aguirre
y Jorge Marziali protagonistas
de una velada inolvidable

Gualeguaychú (Especial).- Más de 400 personas se reencontraron -el sábado pasado- con la emoción que dispara el solo nombre de Anibal Sampayo. El teatro municipal de Gualeguaychú las recibió con una escenografía simple y decidora: un extenso lienzo blanco apoyado en altas cañas e iluminado con luz negra se convirtió en un ondulante río (el Uruguay, seguramente) que, ya se sabe, "es un cielo azul que viaja".

Un audiovisual de Rolando López -cineasta de Villaguay- permitió el encuentro con las ideas y los paisajes de Sampayo que -aunque en la orilla "orientala"- son los de la patria entrerriana que lo estaba homenajeando.

Exaltada la alegría y la poética del gran vate en favor de "río de los pájaros" en palabras de un representante del Centro Cultural del mismo nombre, llegó el momento del canto y la guitarra.

Subió Marita Londra, dilecta hija de Gualeguaychú, y de inmediato la pertenencia de los presentes fue ratificada por el canto: "Yo soy nacida en el verde/arena y río, corriente y sol/soy camalote que canta..." Una ovación agradeció semejante confirmación de identidad. Y después la toma de posición con palabras de Sampayo: "Viva Entre Rios la tierra/de Urquiza, mi general..." cantó la Londra por chamarrita, sobre un impecable colchón de arpegios en la guitarra. Vale destacar la actuación de esta entrerriana que acaba de editar un disco en donde -desde su condición de "panza verde"- aborda con ternura y compromiso lo mejor del cancionero criollo de cada región.

Le tocó el turno al mendocino Jorge Marziali, quien brindó una trabajada versión de "Canción de
verano y remo", quizá la más bella de las melodías conocidas de Sampayo. Y se despidió con una proclama a favor del vino ya que a "quien no lo toma se le envejece la boca".

El "zurdo" Miguel Martínez -hombre de Paraná y referente indiscutido de la canción de entrerrianía, llenó su actuación con obras del gran oriental homenajeado. "Señor de Montiel", "Cielito del prisionero" y otros clásicos hicieron revivir la honda poesía "sampayina", llena de paisaje y de hombres concretos que entregaron su vida al río y su universo.

"Cerro de la matanza" sirvió para invitar al gran músico Carlos "Negro" Aguirre, (compositor, cantor y versátil intrumentista), posiblemente el más completo de los de su generación.

Aguirre tomó la posta y, desde el piano, puso los colores que faltaban a esta fiesta inolvidable. De inmediato invitó al tucumano Juan Falú quien, como siempre, dió una cátedra de buen gusto e improvisación al mando de su guitarra. La versión que juntos hicieron de "Garzas viajeras" justificó ampliamente la convocatoria.

Sobre el final, todos los artistas encararon ese himno que es "Río de los pájaros". El público sumó su coro, en un ritual imposible de repetir, por lo hondo e imprevisto. Los músicos debieron volver al escenario para improvisar "Ki chororó", que sonó a llanto, a esperanza, sonó a abrazo.

Maite de Jesús